Frases de Wolfgang Amadeus Mozart sobre la música

Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791) fue un importante compositor y pianista austríaco. Hoy en día es considerado como uno de los músicos más influyentes y destacados de la historia.

Nacido en Salzburgo, Mozart mostró una habilidad prodigiosa con el violín y el piano desde su más tierna infancia. Empezó a componer con tan solo cinco años y a los 17 fue nombrado músico en la corte de Salzburgo, pero su inquietud personal lo llevó en busca de una mejor posición. En 1781 fue despedido de su puesto en la corte. Eligió quedarse en la capital, donde alcanzó mucha fama pero poca seguridad financiera. Durante sus últimos años en Viena, compuso muchas de sus sinfonías, conciertos y óperas más conocidas, además de partes del Réquiem, que en gran parte estaba inacabada en el momento de su temprana muerte a la edad de 35 años.

Compuso más de 600 obras, muchas reconocidas como pináculos de música sinfónica, de cámara, operística y coral. Es uno de los compositores clásicos más prolíficos y su influencia en la música es indudable. Ludwig van Beethoven compuso sus primeras obras a la sombra de Mozart, y Joseph Haydn escribió: «la posteridad no volverá a ver semejante talento en 100 años».

  • El silencio es muy importante. El silencio entre las notas es tan importante como las notas mismas.
  • En lo que más insisto, es que deberías mostrarle a todo el mundo que no tienes miedo. Estate en silencio, pero cuando sea necesario, habla y habla de tal manera que la gente lo recuerde.
  • Demasiado para lo que es, demasiado poco para lo que podría haber sido.
  • Lo más necesario, difícil y principal en la música, es el tiempo.
  • No le presto atención a los elogios ni a las críticas de nadie. Simplemente sigo mis propios sentimientos.
  • La música, incluso en las situaciones más terribles, nunca debe ofender al oído, siempre debe ser una fuente de placer.
  • Ni un alto grado de inteligencia, ni imaginación, ni ambos juntos van a fabricar un genio. Amor, esa es el alma del genio.
  • Nadie puede medir sus propios días, hay que resignarse. Sucederá como desee la providencia.
  • No puedo escribir en verso, porque no soy un poeta. No puedo organizar las partes del discurso con un arte que produzca efectos de luz y sombra, porque no soy pintor. Incluso con señales y gestos no puedo expresar mis pensamientos y sentimientos, porque no soy bailarín. Pero puedo hacerlo por medio de sonidos, porque soy un músico.
  • La muerte, para llamarla por su nombre, es la real finalidad de nuestra vida. Por ello es que de unos años a esta parte he hecho relación con esta verdadera amiga del hombre.
  • La música es mi vida y mi vida es la música. Cualquiera que no entienda esto no es digno de Dios.
  • Hablar bien y elocuentemente es un gran arte, pero uno igual de grande es saber el momento correcto para parar.